La pobreza es un indicador de incapacidad social. Demuestra que una sociedad no ha podido dar respuestas a las demandas de su población, esto genera la marginación de los sujetos que se ven desproporcionalmente afectados por las malas condiciones económicas y sociales. Existen vínculos claros entre educación y disminución de pobreza, así es como la UNESCO ha mencionado el rol fundamental que tiene la educación en la reducción de la desigualdad social. Nuestra propuesta es generar la intervención de jóvenes universitarios en sectores vulnerables, llevando los conocimientos de la sala de clases a la periferia. Las personas intervenidas serian adolescentes, adultos jóvenes y personas de la tercera edad a quienes se les brindaría charlas motivacionales, educación cívica, y orientación para conocer los beneficios que brinda el estado, esto ayudaría a equipar a las personas en las competencias que necesitan y a contrarrestar la desinformación que imposibilita su inclusión social.